Historia Fil. II. T. XII. Contemporánea y española. J. Ortega y Gasset. Repercusiones generales.






Ortega pintado por Zuloaga (1920)

Tema XII. EL “RACIO-VITALISMO” de ORTEGA y GASSET (1883-1955):PERSPECTIVA Y CIRCUNSTANCIA.


Contenido de la página.

(0) Ortega y la filosofía. 


1. El problema del hombre y la realidad radical: LA VIDA.II. La vida ética del hombre valioso: la autenticidad.
III. El problema del conocimiento: EL PERSPECTIVISMO.
IV. Resumen del tema. 

V. Notas. 
VI. 







    

(0) Ortega y la filosofía.)



Discípulo del neo-kantiano Hermann Cohen, defendió en una primera etapa de su obra el objetivismo (1902-1910); desde 1914 recibe la influencia de la filosofía fenomenológica (Husserl) en su variante de los valores (Scheler) y del vitalismo (Nietzsche) que enmarca en el historicismo de Dilthey. Su interrelación con el existencialismo metafísico (Heidegger) será fecunda. Inmerso en su época, plena de revoluciones científicas y políticas, Ortega no desdeña el reflejo en su evolución filosófica del relativismo físico, los saltos de la biología evolutiva y el gran esquema de la nueva psicología y el psicoanálisis. La Historia de la Filosofía será uno de sus más fructíferos canales de investigación. Con la sociología de las masas llegará hasta Estados Unidos.






1. El problema del hombre y la realidad radical: LA VIDA.




"La vida es paradoxa" G. Sánchez. Premio Ortega y Gasset  2008.







I. El hombre valioso, vital.


Es bien claro que la “cosa” –lo real para los antiguos- y la subjetividad –lo real para los modernos- no alcanzan para Ortega la fuerza del hombre. Pero no cualquier hombre, porque, de nuevo, como en Nietzsche, el hombre solo, por sí solo no tiene gran valor. Ortega quiere hablar sólo de la realidad radical: no es lo social, tampoco lo humano, es la vida humana. ¿Y qué es "Vida:?
"Vida es encontrarse alguien que llamamos hombre (como podíamos y acaso deberíamos llamarle X, ya verán por qué), teniendo que ser en la circunstancia o mundo." (1)

I.1. El hombre, originalmente es pre-intelectual. Intelecto, acción y contemplación.

De ahí que sea pre-intelectual el valor de lo humano; la vida se nos aparece como “dada”, pero a la vez es un “hacer”, es no sólo participio –facta-, sino gerundio –faciendum-; así es el hombre, como es su vida valiosa o fútil. La vida del hombre valioso es la “anti-cosa”, un drama, algo que pasa, siempre paradójica, continua e históricamente. El hombre valioso: la vida valiosa. Pero si bien el hombre es pre-intelectual, el hombre tampoco es sólo acción: se equivocan pues tanto los intelectualistas como los voluntaristas. El hombre, si bien originalmente no es intelectual, cuando es, plenamente, es "contemplativo". (El hombre y la gente. I. "Ensimismamiento y alteración". Pág. 33. Ed.cit.sup.)

I.2. El hombre es intimidad, existencia consciente, soledad.

Es valioso el hombre que “vive en intimidad consigo mismo, en intimidad con las cosas”. Esto es que la vida es lo inseparable del hombre: la vida, aquello que depende de mí y yo de ello…Es lo radical.
"Sólo es humano, lo que al hacerlo lo hago porque tiene para mí un sentido, es decir, lo que entiendo...consecuencia de lo anterior es que mi humana vida...es, por esencia, soledad." (El hombre y...III. "Estructura de nuestro mundo". Pág.54. Ed.cit.sup.)

I.3. La vocación, síntesis entre el yo y la circunstancia.

La vida en tanto que humana es re-velación, suceso “evidencial”, un saberse y verse a sí mismo, y desde entonces comprendemos que Ortega detecte la primera forma de vivir, de vivirse como un fenómeno “perspectivo” (ver más adelante, en el problema del conocimiento). Ahora bien, la conciencia del ser humano, su misma intimidad, su soledad creadora se proyectan en la "re-absorción" de lo que le rodea, lo que inicialmente no es su sí mismo, pero sin lo cual no habría sido ni aparecido en la vida: su circunstancia.




                                   “Yo soy Yo y Mi Circunstancia”.




"Circunstancia española"...Ortega y Gasset toreando con Domingo Ortega.

Antes de ser yo, soy ello, circunstancia. Si, como decíamos, la Vida es verse, sa-verse, se trata de un ver en derredor, vivir en el circum plural de las orientaciones, ideas, creencias, interpretaciones, enigmas.

La manera más concreta de vivir es la de vivir la circunstancia... ¡desde el Yo! La circunstancia es la dimensión absolutamente dada, el destino, el factum, la materialidad histórica del pasado a partir de la cual se abre el futuro de lo posible, el “punto de fuga” de toda la perspectiva histórica, el Yo.




Vivir es así “co-existir”, “encontrarse en el mundo, ocuparse con lo otro que no es uno mismo, todo vivir es con- vivir con una circunstancia”, circunstancia que me concreta pero que no me agota.








YO...
SOY...          YO
Y MI    CIRCUNSTANCIA.”
La total realidad personal.
El “alguien”...concreto.
El yo ejecutivo: sin artículo.
Quien hace la Vida con la circunstancia.
La yoidad insuficiente.
Un elemento más de la circunstancia
El que vive en ella, el sujeto del vivir.
Abstracto y con artículo.
La otra mitad de mi persona.
La mitad externa.
El “paisaje” más que el medio del que “hay que hacerse cargo...”











II. La vida ética del hombre valioso: la autenticidad.


La vida se nos aparece como circunstancia, como mundo y, como tal puede ser material, pesada en tanto que “dada” –hecha, heredada, innata-: es el destino, la fatalidad. 
Pero la vida del hombre valioso se despliega alegre en la posibilidad, pre-ocupada y ocupada en la ilusión y la creencia en la libertad. La vida tiene ante el hombre valioso esa doble cara de Jano que no podemos desdeñar:

- Seria, pues precisa justificación: es la ética intemporal, la de la responsabilidad.

- Libre, pues es creación y prisa en la urgencia del hacer temporal.

El hombre es ético cuando es auténtico, esto es cuando sin desconocer su circunstancia, la responsabilidad que le ha tocado en suerte, aun así no desoye la urgencia de la libertad, de la creación a partir de su original y único modo de percibir la circunstancia.
Del mismo modo que su conocer es perspectivo, toda vivencia del ser humano es, quiera o no, valorativa: vemos, pensamos y valoramos desde nuestro irrenunciable punto de vista. No podemos ni debemos renunciar a  esa valoración.

La vida ética del hombre auténtico es, por lo tanto:
a) Ética de la seriedad, de la responsabilidad ante la circunstancia que le ha tocado vivir.
b) Ética de la libertad, del ejercicio de su especial manera de ser ante la circunstancia.
c) Ética perspectiva: no podemos dejar de valorar desde nuestro  punto de vista. 






III. El problema del conocimiento: EL PERSPECTIVISMO.





La realidad es la suma de las perspectivas...www.filosofía hoy.es

















III.1. El “racio-vitalismo”, más allá del objetivismo y del relativismo.


Ortega busca desde el principio – Meditaciones del Quijote, de 1914 – la “fórmula” más o menos exacta con la que entender las relaciones entre Vida y Cultura: esta pre-ocupación es lo que le caracteriza como un vitalista. Y, en sus primeros pasos, no cree ver diferencia entre una y otra, sólo distintos espacios, momentos o funciones dentro del mismo drama que es la vida humana. El aparente enfrentamiento entre impresión y concepto no es tal:
“Cada concepto es literalmente un órgano con que captamos las cosas. Solo la visión mediante concepto es una visión completa; la sensación nos da únicamente la materia difusa y plasmable de cada objeto; nos da la impresión de las cosas, no las cosas.” (Ortega y Gasset, Meditaciones sobre el Quijote, Meditación preliminar, 10.) (2)

De esa manera, la razón no se opone ni sustituye en nada a la vida:

“La Razón no puede, no tiene que aspirar a sustituir la vida. ¡Cómo si la Razón no fuera una función vital y espontánea del mismo linaje que el ver o el palpar!”

Sin embargo el Ortega maduro sigue apreciando gran distancia entre una –la Razón- y la Otra por excelencia –la Vida- y, sobretodo sigue percibiendo como la historia y las modas del pensamiento abordan la ahora reconocida “contraposición”:

“Contraponer la cultura a la vida y reclamar para esta la plenitud de sus derechos frente a aquella no es hacer profesión de fe anticultural. Si se interpreta así lo dicho anteriormente, se practica una perfecta tergiversación. Quedan intactos los valores de cultura; únicamente se niega su exclusivismo.”

A pesar de ese reconocimiento de la “contraposición” entre Razón y Vida, Ortega huye de los maximalismos nietzscheanos, necesita adaptar el vitalismo a la vida cotidiana, a la práctica del hombre normal, del que no es un genio ni piensa en genios ni en obras de arte para la posteridad…Ortega lo ensaya todo: “se trata de una antinomia”…es una contraposición “sin exclusividades”, son dos “poderes”, pero eso sí, los dos “poderes” tienen necesidad recíproca…Cuando finalmente se decide, Ortega elige el equilibrio, la igualdad, el “trato leal”, “cara a cara” de la cultura y la vida…Es el justo medio vitalista…Una posible síntesis:
“al fundirse, culturalismo y vitalismo, desaparecen”

Ante esta “antinomia” la “tradición moderna” nos ofrece dos maneras opuestas de solución:

a) El racionalismo y objetivismo: en el que la realidad sustancial elimina al individuo...o bien en el que “para salvar la cultura niega todo sentido a la vida.” El sujeto debe ser transparente, uniforme “sin peculiaridad ni color alguno…”

b) El relativismo escéptico, para dejar paso a la vida, se “desvanece el valor objetivo de la cultura: el conocimiento es imposible pues el sujeto está blindado por su unicidad, su absoluta peculiaridad y, al “entrar” en él lo real, se deformaría y convertiría en otra cosa que real…
“Pero no podemos admitir ni una ni otra, no soportamos pensar que “la justicia, que la belleza no existen, (pero tampoco puede nuestro presente) olvidarse de que para existir necesitan el soporte de la vitalidad.” (…)

Ortega utiliza el modelo –va más allá de la metáfora- del “cedazo o retícula” que filtra un fluido, filtrándolo pero sin deformarlo; así mismo retorna al “órgano” que recibe con toda “realidad” colores o sonidos…(3)
“El sujeto, ni es un medio transparente, un «yo puro» idéntico e invariable, ni su recepción de la realidad produce en esta deformaciones. Los hechos imponen una tercera opinión, síntesis ejemplar de ambas.”

Ortega plantea el perspectivismo como solución pretendidamente “orgánica” y cuasi-biológica a la falsa contraposición de Racionalismo-objetivista y Relativismo-escéptico.
El conocimiento no sería “real” ni “auténtico” si no partiese de un espacio concreto –desde el que se centra “el punto de vista”; de manera que el conocimiento es de alguien y desde una circunstancia concreta; pero, además, la realidad misma tiene muchas facetas, de manera que
“una realidad (que) vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica, es un concepto absurdo”.


III.2. El conocimiento perspectivo.


Procedente de Teichmüller (4) y Leibniz (5), y desarrollado por Nietzsche y Vaihinger (6) , Ortega pretende, mediante el concepto de perspectiva, conservar la Verdad, depurada de toda impersonalidad y abstracción, superando, a su vez, el peso del objetivismo y la ilusoriedad del conocimiento relativista.
En el perspectivismo se “salvaría” la Verdad –“absoluta”-, tanto como la vida en su pluralidad y su concreción individual y particular; pero, así mismo, en el concepto y su engarce racional, se entenderían como resultado de las más permanentes perspectivas que la historia y sus engarces generacionales nos pueden proporcionar. La perspectiva tiene, al menos, tres dimensiones 

a) La Perspectiva es, fundamentalmente, VISUAL, la realidad tiene, inicialmente una dimensión pre-intelectual: en el perspectivismo la realidad tiene un “en sí” paradójicamente superficial: tiene su distancia adecuada, su profundidad, su escorzo y hasta su “punto de fuga”, el Yo. La Historia es el elemento de esa perspectiva.
b) La Perspectiva tiene una inseparable visión INTELECTUAL; todo mirar es reflexión, todo pensar es interpretación, se trata indudablemente de un intelecto histórico.
c) La Perspectiva, finalmente -y como vimos en la ética-, es VALORATIVA, esto es todo vivir humano, todo pensar y ver humano es dación de SENTIDO, desciframiento del Valor y el Sentido de la Vida; así al lado de la Materialidad perspectiva está la Ilusión Vital, de donde procede la Posibilidad, la reabsorción de la circunstancia histórica de cada individuo, su Libertad.(7)



Resumen del tema (en dos caras).


 “RACIO-VITALISMO”. ORTEGA y GASSET (1883-1955): PERSPECTIVA Y CIRCUNSTANCIA.
   

1. El problema del hombre y la realidad radical: LA VIDA.
I. El hombre valioso, vital. La “cosa” –lo real para los antiguos- y la subjetividad –lo real para los modernos- no alcanzan para Ortega la fuerza del hombre. No cualquier hombre, porque, como en Nietzsche, el hombre solo, por sí solo no tiene gran valor.
I.1. El hombre, como la vida, originalmente es pre-intelectual. De ahí que sea pre-intelectual el valor de lo humano; la vida se nos aparece como “dada”, pero a la vez es un “hacer”, es no sólo participio –facta-, sino gerundio –faciendum-; así es el hombre, como es su vida valiosa o fútil. La vida del hombre valioso es la “anti-cosa”, un drama, algo que pasa, siempre paradójica, continua e históricamente. El hombre valioso: la vida valiosa.
I.2. El hombre es intimidad, existencia consciente. Es valioso el hombre que “vive en intimidad consigo mismo, en intimidad con las cosas”. Esto es que la vida es lo inseparable del hombre: la vida, aquello que depende de mí y yo de ello…Es lo radical.
I.3. La vocación, síntesis entre el yo y la circunstancia. La vida en tanto que humana es re-velación, suceso “evidencial”, un saberse y verse a sí mismo, y desde entonces comprendemos que Ortega detecte la primera forma de vivir, de vivirse como un fenómeno “perspectivo” (ver más adelante, en el problema del conocimiento).
II. La vida ética del hombre valioso: la autenticidad.
La vida se nos aparece como circunstancia, como mundo y, como tal puede ser material, pesada en tanto que “dada” –hecha, heredada, innata-: es el destino, la fatalidad. 
Pero la vida del hombre valioso se despliega alegre en la posibilidad, pre-ocupada y ocupada en la ilusión y la creencia en la libertad. La vida tiene ante el hombre valioso esa doble cara de Jano que no podemos desdeñar:
Seria, pues precisa justificación: es la ética intemporal, la de la responsabilidad.

- Libre, pues es creación y prisa en la urgencia del hacer temporal.

El hombre es ético cuando es auténtico, esto es cuando sin desconocer su circunstancia, la responsabilidad que le ha tocado en suerte, aun así no desoye la urgencia de la libertad, de la creación a partir de su original y único modo de percibir la circunstancia.
Del mismo modo que su conocer es perspectivo, toda vivencia del ser humano es, quiera o no, valorativa: vemos, pensamos y valoramos desde nuestro irrenunciable punto de vista.

La vida ética del hombre auténtico es, por lo tanto:
a) Ética de la seriedad, de la responsabilidad ante la circunstancia que le ha tocado vivir.
b) Ética de la libertad, del ejercicio de su especial manera de ser ante la circunstancia.
c) Ética perspectiva: no podemos dejar de valorar desde nuestro  punto de vista. 


III. El problema del conocimiento: EL PERSPECTIVISMO.
III.1. El “racio-vitalismo”, más allá del objetivismo y del relativismo. Conocer es, siempre, un hacer al servicio de la vida: el conocimiento auténtico tendrá que ser, por lo tanto, vital. Ortega huye de los maximalismos nietzscheanos, necesita adaptar el vitalismo a la vida cotidiana, a la práctica del hombre normal, del que no es un genio ni piensa en genios ni en obras de arte para la posteridad…Ortega lo ensaya todo: “es una antinomia”…Pero los dos “poderes” tienen necesidad recíproca…Y Ortega elige el equilibrio, la igualdad, el “trato leal”, “cara a cara” de la cultura y la vida…Es el justo medio vitalista…Una posible síntesis: “al fundirse, culturalismo y vitalismo, desaparecen”.
Ortega plantea la vida y, por lo tanto el conocimiento vital, como un fenómeno “perspectivo”:

a) Frente al escepticismo que, primando el punto de vista individual, elimina la Verdad...
b) Frente al racionalismo en el que la realidad sustancial elimina al individuo...
c) Frente al objetivismo y por contra frente al relativismo, hasta frente a Nietzsche, pocas veces criticado, se levanta el perspectivismo orteguiano: aquel sigue creyendo en lo Real, de manera que el conocimiento humano, aun cuando se le acepte en tanto que Ficción Útil, sigue siendo parte de lo Falso. La Verdad es que toda realidad es, básica y exclusivamente “para nosotros y desde nosotros”, es “para mi y no en sí”. Ortega plantea, una concepción de la realidad como perspectiva visual en sus dos dimensiones, perspectiva intelectual y perspectiva valorativa. La Vida, su Pluralidad y lo individual se reivindican junto a la Verdad.
Procedente de Teichmüller y Leibniz, y desarrollada por Nietzsche y Vaihinger, Ortega pretende, mediante el concepto de perspectiva, conservar la Verdad superando el peso del objetivismo. La realidad de cada cosa, de cada sujeto de cada acontecimiento histórico o científico, se consigue “yuxtaponiendo las visiones parciales de cada individuo, cada generación, cada época, se lograría tejer la verdad omnímoda y absoluta” (Obras, De. 32. pág. 788)
III.2. El conocimiento perspectivo. 
a) La Perspectiva es, fundamentalmente, VISUAL, la realidad tiene, inicialmente una dimensión pre-intelectual: en el perspectivismo la realidad tiene un “en sí” paradójicamente superficial: tiene su distancia adecuada, su profundidad, su escorzo y hasta su “punto de fuga”, el Yo. La Historia es el elemento de esa perspectiva.

b) La Perspectiva tiene una inseparable visión INTELECTUAL; todo mirar es reflexión, todo pensar es interpretación, se trata indudablemente de un intelecto histórico.

c) La Perspectiva, finalmente -y como vimos en la ética-, es VALORATIVA, esto es todo vivir humano, todo pensar y ver humano es dación de SENTIDO, desciframiento del Valor y el Sentido de la Vida; así al lado de la Materialidad perspectiva está la Ilusión Vital, de donde procede la Posibilidad, la reabsorción de la circunstancia histórica de cada individuo, su Libertad.

d) El YO y la CIRCUNSTANCIA son los dos polos de toda perspectiva VITAL.
“Yo soy Yo y Mi Circunstancia”.
Antes de ser yo, soy ello, circunstancia. Si, como decíamos, la Vida es verse, “sa-(b) verse”, se trata de un ver en derredor, vivir en el circum plural de las orientaciones, ideas, creencias, interpretaciones, enigmas.
La manera más concreta de vivir es la de vivir la circunstancia... ¡desde el Yo! La circunstancia es la dimensión absolutamente dada, el destino, el factum, la materialidad histórica del pasado a partir de la cual se abre el futuro de lo posible, el “punto de fuga” de toda la perspectiva histórica, el Yo.
Vivir es así “co-existir”, “encontrarse en el mundo, ocuparse con lo otro que no es uno mismo, todo vivir es con- vivir con una circunstancia”, circunstancia que me concreta pero que no me agota




Notas:


(1) Ortega y Gasset. J. El hombre y la gente ( 1934/1950). II. "La vida personal". Pág.43. Ed. Austral. Espasa Calpe. Madrid 1972.
(2) Ortega y Gasset,J. Meditaciones sobre el Quijote (1914) , Meditación preliminar, 10. "El concepto". Pág. 63. Ed. Revista de Occidente en Alianza Editorial. Madrid. 1981/87.
(3) Ortega y Gasset.J.  El tema de nuestro tiempo. (1923) X. "La doctrina del punto de vista". Pág. 99. Ed. Revista de Occidente. Colección El Arquero. Madrid 1976.
“Cuando se interpone un cedazo o retícula en una corriente, deja pasar unas cosas y detiene otras; se dirá que las selecciona, pero no que las deforma. Esta es la función del sujeto, del ser viviente ante la realidad cósmica que le circunda. Ni se deja traspasar sin más ni más por ella, como acontecería al imaginario ente racional creado por las definiciones racionalistas, ni finge él una realidad ilusoria. Su función es claramente selectiva. De la infinidad de los elementos que integran la realidad, el individuo, aparato receptor, deja pasar un cierto número de ellos, cuya forma y contenido coinciden con las mallas de su retícula sensible. Las demás cosas –fenómenos, hechos, verdades– quedan fuera, ignoradas, no percibidas.
Un ejemplo elemental y puramente fisiológico se encuentra en la visión y la audición. El aparato ocular y el auditivo de la especie humana reciben ondas vibratorias desde cierta velocidad mínima hasta cierta velocidad máxima. Los colores y sonidos que quedan más allá o más acá de ambos límites le son desconocidos. Por tanto, su estructura vital influye en la recepción de la realidad; pero esto no quiere decir que su influencia o intervención traiga consigo una deformación. Todo un amplio repertorio de colores y sonidos reales, perfectamente reales, llega a su interior y sabe de ellos”
(4) Gustav Teichmüller Die wirklicheund die scheinbare Welt. Ed. W. Koebner. Breslau. 1882
(5) Cita de W.G. Leibniz, Monadología. Incluída por Ortega -en francés- en el tomo I de El Espectador. "Confesiones del Espectador" (1916) "Verdad y Perspectiva" Pág.25. Ed. Revista de Occidente, colección El Arquero. Madrid 1975.
"Lo mismo que una misma ciudad contemplada desde distintos lados parece otra ciudad completamente distinta y como si estuviese multiplicada perspectivamente - "perspectivement"-, así también la multitud infinita de substancias simples da lugar a otros tantos distintos universos, los cuales no son, sin embargo, más que las perspectivas de un solo universo según los diferentes puntos de vista de cada mónada."

(6) Vaihinger, Hans. "Die Philosophie des Als Ob" ("La Filosofia del Como Si").(1911) Sin traduccion al castellano. 
(7) Ortega y Gasset. J.  El Espectador. "Confesiones..."Verdad y Perspectiva" Pág.26. Ed. cit.sup.












E. EL RACIOVITALISMO. EL CONCEPTO-ÓRGANO VITAL. Texto.

“Se nos presenta el concepto como una repetición o reproducción de la cosa misma; comparado con la cosa misma no es más que un espectro...La misión del concepto no estriba, pues, en desalojar la intuición, la impresión real. La Razón no puede, no tiene que aspirar a sustituir la vida. ¡Cómo si la Razón no fuera una función vital y espontánea del mismo linaje que el ver o el palpar!
Lo que da al concepto ese carácter espectral es su contenido esquemático. De la cosa retiene el concepto sólo el esquema, los límites de la cosa. Y esos límites, no significan más que la relación en que un objeto se halla respecto de los demás; el concepto expresa el lugar ideal, el ideal hueco que corresponde a cada cosa dentro del sistema de las realidades. Sin el concepto no sabríamos donde empieza ni donde acaba una cosa.



La roja manzana de la vida y el gris perla del conocimiento. Foto del autor.







Las cosas como Impresiones son fugaces, huidizas, se nos van entre las manos, no las poseemos. Al atar el concepto unas con otras, las fija y nos las entrega prisioneras. Platón dice que las impresiones se nos escapan si no las ligamos con la razón, como, según la leyenda, las estatuas de Dédalo huían nocturnamente de los jardines si no se las ataba (Menón, 97.c.)


Jamás nos dará el concepto lo que nos da la impresión, a saber: la carne de las cosas.
Pero esto no obedece a una insuficiencia del concepto, sino a que el concepto no pretende tal oficio. Jamás nos dará la impresión lo que nos da el concepto, a saber: la forma, el sentido físico y moral de las cosas.
De suerte que, si devolvemos a la palabra percepción su valor etimológico -donde se alude a coger, apresar- el concepto será el verdadero instrumento u órgano de las percepción y apresamiento de las cosas.
Agota, pues, su misión y su esencia, con ser no una nueva cosa, sino un órgano o aparato para la posesión de las cosas.
Al destronar la razón, cuidemos de ponerla en su lugar. No todo es pensamiento, pero sin él no poseemos nada con plenitud.


Cada concepto es literalmente un órgano con que captamos las cosas. Solo la visión mediante concepto es una visión completa; la sensación nos da únicamente la materia difusa y plasmable de cada objeto; nos da la impresión de las cosas, no las cosas.”(Ortega y Gasset, Meditaciones sobre el Quijote, Meditación preliminar, 10.)








ANTECEDENTES FILOSÓFICOS DE J. ORTEGA Y GASSET. E. HUSSERL




A) Lo circundante: el mundo de los otros y las perspectivas de la cosa.




Edmund Husserl (1859-1938)
A.1.Los lados de la cosa física.

“Por el momento bastará señalar que ya la simple forma espacial de la cosa física sólo puede darse, en principio, en meros `escorzos´ visibles por un solo lado; y que, prescindiendo de esta inadecuación, que perdura a través de todo curso y avances de intuiciones continuas y a pesar de todo lo que se gane con éstas, toda propiedad física nos arrastra a secuencias infinitas de las experiencias; que toda multiplicidad empírica, por dilatada que sea, deja abiertas más y más y siempre nuevas determinaciones de la cosa y así in infinitum.” [1]



A.2. Los otros, el mundo y lo circundante.

“Todo lo que es aplicable a mí mismo, sé que es aplicable también a todos los demás hombres que encuentro ahí delante en mi mundo circundante. Teniendo experiencia de ellos como hombres, los comprendo y los tomo como sujetos-yos de los que yo mismo soy uno y como referidos a su mundo circundante natural. Pero esto de tal suerte, que concibo su mundo circundante y el mío como siendo objetivamente un mismo mundo, del que todos nosotros nos limitamos a tener conciencia de diverso modo. Cada uno tiene su lugar desde donde ve las cosas que están ahí delante, y por eso se le presentan a cada uno las cosas de diversa manera. También son para cada uno diversos los campos de percepción, de recuerdo, etc., actuales, prescindiendo de que incluso aquello de que se tiene conciencia en ellos en común o inter-subjetivamente se presenta a la conciencia en diversos modos de apercepción y grados d e claridad, etc. Acerca de todo esto nos entendemos con los prójimos, poniendo en común una realidad espacial y temporal objetiva como el mundo circundante de todos nosotros, que está ahí y al que pertenecemos nosotros mismos.” [2]



A.3. El sujeto y la cosa: el fluir de las percepciones cambiantes. La conciencia y los “ahoras”.
“Es evidente que la intuición y lo intuido, la percepción y la cosa percibida están, sin duda, referidas en su esencia una o otra, pero, por una necesidad de principio, no son algo uno ni están vinculadas como ingredientes ambas ni por esencia.
Pongamos un ejemplo. Viendo seguido esta mesa, dando vueltas en torno a ella, cambiando como quiera que sea de posición en el espacio, tengo continuamente la conciencia del estar ahí en persona esta una y misma mesa, como algo que permanece de suyo completamente inalterado. Pero la percepción de la mesa es una percepción que se altera constantemente, es una continuidad de percepciones cambiantes. (…)
Pero la percepción misma es lo que es en el fluir constante de la conciencia y ella misma es influir constante: constantemente se convierte el ahora de la percepción en la conciencia de lo pasado hace un instante que le sigue sin solución de continuidad a la vez que destella un nuevo ahora, etc.” [3] 

B) Posible diferencia entre la visión de Husserl y la de Ortega y Gasset. La vivencia no tiene perspectivas, es absoluta.


B.1. Percepción espacial en escorzo. Las perspectivas. Los lados siempre nuevos.
“Percibimos la cosa porque se `escorza´ en todas las determinaciones que en el caso dado `caen´  `real´ y propiamente dentro de la percepción. Una vivencia no se matiza ni escorza. (…) Es evidente, antes bien, y derivable de la esencia de la cosa espacial, que un ser de tal índole sólo pueda darse, por principio, en percepciones, a través del matiz o el escorzo;  (…) Donde no hay ser espacial alguno, no tiene ningún sentido hablar de ver desde distintos puntos de vista, con una orientación cambiante, por diversos lados que se ofrezcan, según diversas perspectivas, hablar de maneras de aparecer, matices o escorzos. (…)
En la esencial estructura de estas multiplicidades radica, entonces, el que engendren la unidad de una conciencia en que se den coherentemente cosas perceptibles que aparecen como unas, cada vez más plenamente, por lados siempre nuevos, con determinaciones siempre más ricas.” [4]

B.2. Sigue la diferencia. Las perspectivas son propias de la apariencia del fenómeno. La vivencia es absoluta, sin perspectivas.
A la percepción de cosas es inherente además, y también esto es una necesidad esencial, una cierta inadecuación. Una cosa sólo puede darse en principio `por un lado´, (…) Una cosa se da necesariamente en meros `modos de aparecer´, en que necesariamente hay un núcleo de algo `realmente exhibido´, rodeado, por obra de apercepciones, de un horizonte de algo `co-dado´ impropiamente y más o menos vagamente indeterminado. (…) La indeterminación…anuncia posibles multiplicidades de la percepción… (…)
Ser de este modo imperfecta in infinitum, es inherente a la esencia imborrable de la correlación cosa y percepción de cosas. (…)
Pero desarrollemos, ante todo, el contraste, especialmente entre cosas y vivencia, todavía por el otro lado. La vivencia, decíamos, no se exhibe. Esto implica que la percepción de vivencias es un simple intuir algo que se da en la percepción como `absoluto´ y no como lo idéntico de los modos de aparecer por medio de matices o escorzos. (…) Una vivencia afectiva no se matiza ni escorza. Si miro a ella, tengo algo absoluto, sin lado que pudieran exhibirse tan pronto así, tan pronto de otra manera.” [5]


[1] Edmund Husserl. Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. (1913) Sección Primera. I.3. Intuición esencial e intuición individual. Pág.21. F.C.E. México 1949. Ed.1993.
[2] E. H. Id. cit. sup. Sección segunda. I.29. Los otros sujetos-yos y el mundo circundante natural e inter-subjetivo. Pág.68.  
[3] E.H. Id.cit.sup. Sección segunda. II.41. Los ingredientes y el objeto trascendente de la percepción. Pág. 92.
[4] E.H. Op.cit.sup. Sección segunda. II.42. Los ingredientes y el objeto trascendente de la percepción. Pág. 96.
[5] E.H. Op.cit.sup. Sección segunda. II.44. Los ingredientes y el objeto trascendente de la percepción. Pág. 99.



        REPERCUSIONES  FILOSOFÍA II.  2º CURSO DE BACHILLERATO.


I.                    REPERCUSIONES DE LA FILOSOFÍA GRIEGA Y PLATÓN
Platón es el 1er filósofo en tanto es el 1er escritor de filosofía; Aristóteles y toda la filosofía griega son impensables sin él. La enseñanza de la Fil. (la Academia), el dualismo epistemológico, que se convierte en Arist. en el hilemorfismo de las sustancias y en religión en el cristianismo (tierra/cielo); la división del conocimiento en imaginación, opinión, razón e intuición, pasará a la posteridad;  en Tomás de Aq. se conserva, a partir de los 1os padres de la Iglesia, el recelo sobre las pasiones que estorban la revelación racional de la ley natural; el hilemorfismo se traduce en Tomás en la distinción –sugerida por Avicena- de la esencia/existencia. La importancia de la razón y los sentidos en Aristóteles, se refleja en el reto tomista; finalmente, el teleologísmo del estagirita, se encuentra en la Ley Nat. Del aquinate. En el idealismo cartesiano, el obstáculo de los sentidos, la dubitabilidad de todo lo apariencial que conforma la base del método y la reaparición de las ideas innatas; en Kant de nuevo el dualismo mat/for., noúmeno/fenómeno y las categorías como maduración de las ideas platónicas, depuradas por las categorías aristotélicas.

II.                  REPERCUSIONES DE  LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y TOMÁS DE AQUINO
El aristotelismo y la importancia de los sentidos, llegarán como gran herencia al Renacimiento. El método escolástico formará generaciones de pensadores, dentro de los que tenemos que citar a Descartes; el peligro de las pasiones para la objetividad del pensamiento; la relevancia del principio de causalidad que, pasando por Descartes y Locke y, atravesando la crítica de Hume, llegará a Kant que lo integrará como forma pura del entendimiento. Finalmente la centralidad de la divinidad recorre todo el racionalismo y alcanza al idealismo entero. Las cinco vías de Tomás serán tomadas por Kant como un ejemplo del dogmatismo dialéctico. Su defensa de la Ley Natural, aún no siendo el precursor, será determinante para el derecho internacional y la moral sexual (natura o contra nat.). Su doctrina es la oficial de la Iglesia Católica.

III.               REPERCUSIONES DE LA FILOSOFÍA RACIONALISTA Y KANT
En el ámbito filosófico, Kant inicia el ascendente idealismo alemán; le van a seguir Fichte, Schelling y el idealismo absoluto de Hegel. El problema de la cosa en sí es su herencia. Las filosofías voluntaristas, como la de Schopenhauer y la de Nietzsche, le son deudoras. La distinción teoría/práctica, que alcanzará el grado de obsesión en la teoría marxiana, comienza, con la fuerza que hoy la conocemos, con Kant. La dialéctica (tesis, antítesis y síntesis) también se ve introducida por Kant. El historicismo, la posibilidad de realización de los ideales en la historia que encontramos en Comte, Nietzsche, o en Marx, derivan del uso práctico de la razón kantiana. La misma existencia de las ciencias humanas, las no exactas, se inaugura con Kant.

IV.                REPERCUSIONES DE LA FILOSOFÍA VITALISTA Y NIETZSCHE
Toda la corriente irracionalista en filosofía y arte contemporánea está centrado en N.; desde el psicoanálisis de Freud (antes el ello de Grodeck, luego el complejo de superioridad de Adler) al expresionismo, pasando por el surrealismo; la deconstrucción de  Derrida, el dadaísmo y todos los movimientos contraculturales están liderados por la obra de Nietzsche.
La observación permanente del lenguaje, previene la filosofía analítica. Su señalamiento de la “muerte de Dios” (Heine) y el nihilismo, anticipan el existencialismo y todo tipo de absurdismo.
El perspectivismo de Ortega y Vaihinger, se anticipa en el de N. La primacía de la estética abre la línea permanente de la contemporaneidad.
Su pluralidad, riqueza y diversidad se demuestra en el haber sido seleccionado tanto por la extrema derecha, como por el anarquismo, elegido por algunos socialistas libertarios a la vez que por los individualistas.

V.                  REPERCUSIONES DE LA FILOSOFÍA DE ORTEGA Y GASSET
No ha tenido repercusión en los sistemas filosóficos contemporáneos (marxismo, psicoanálisis, fil. Analítica); más bien como sociólogo (El hombre y la gente, la Rebelión de las Masas) ha influido en EEUU, o en la corriente francesa del análisis de la vida cotidiana (Lefebvre, Baudrillard). Fue el primero en reivindicar la lengua española como lengua filosófica; la posibilidad de una filosofía comprensible –incluso popular- atractiva, casi periodística… En Ortega se realiza concretamente el idea vitalista: la filosofía combinada con la vida, en la novela, el periodismo, la política, la ética pública (Aranguren, Bueno, Savater)…
En España orientó varias generaciones de pensadores en línea ética y política: Zubiri; Morente; Marías; Aranguren; T.Galván; Savater; Trias.


1 comentario:

  1. La propuesta racio-vitalista.
    El raciovitalismo consiste básicamente en el intento de conjugar la vida con la razón, superando críticamente las contradicciones que se dan entre ambas, tal como se puede deducir de los excesos "irracionalistas" del vitalismo y de los excesos "antivitales" del racionalismo. Así pues, la crítica de ambas perspectivas filosóficas será una de las necesidades prioritarias de Ortega, a fin de ver lo que de positivo puede haber en ellas y lograr esa complementariedad que las supere en el raciovitalismo.
    Ortega y Gasset expone su propia posición: la razón se da "en" la vida, por así decirlo. El conocimiento será obra de la razón, pero ésta se da en la vida y está rodeada, por tanto, de elementos no racionales, "limitada" por ellos. Pero tales límites, lejos de poner en la razón en segundo plano, manifiestan su carácter imprescindible, ya que para pensarlos es necesaria la razón misma. El racionalismo es criticado por Ortega, considerándolo como el resultado de la absurda beatería (comportamiento religioso exagerado o falso) de algunos filósofos con respecto a la razón, que acaban por concebir que ésta no tiene límites, terminando por pretender ir más allá de lo que la razón permite alcanzar. Para Ortega, por el contrario, la razón, en su afán por buscar la explicación de lo real, sus causas, se va topando con muchos aspectos de la realidad de los que no puede dar cuenta, que son "irracionales", lo que pone de manifiesto, precisamente, sus propios límites.
    El raciovitalismo tratará de conjugar los elementos positivos del vitalismo y del racionalismo, dando lugar a la configuración de un nuevo pensamiento, articulado en torno a la noción de razón vital. Eso supone afirmar que no hay una naturaleza humana inmutable: el hombre es, en cada época, en buena medida, lo que hereda de sus antepasados, herencia que se puede consolidar y aumentar, transmitiéndola a las generaciones futuras, o dilapidar.


    Para Ortega, la vida humana es la realidad radical, es decir, aquella en la que aparece y surge toda otra realidad, incluyendo cualquier sistema filosófico, real o posible. Para cada ser humano la vida toma una forma concreta. Denomina «razón vital» a un nuevo tipo de razón —en rigor, el más antiguo y primario—, y «raciovitalismo» al modo de pensar que se apoya en su nuevo concepto de razón. La razón vital es una razón que se va realizando constantemente en la vida a la cual es inherente.
    El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto, incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma la otra mitad de mi persona»

    Te explico algo que para mí es fundamental. Ortega y Gasset dio una nueva definición de qué era la verdad. En ello se basa su perspectivismo. Ortega dice que la verdad es el acuerdo del hombre consigo mismo y que no hay sustancias, sino importancias. Si una cosa me importa a mí como una mesa, entonces esa cosa es, para mí, para mi perspectiva, una mesa. Si yo enuncio, por lo tanto, "esto es una mesa", la proposición tal es verdadera. En cambio, si una cosa me importa como mesa, si para mí es una mesa, y enuncio "esto no es una mesa" estaría contradiciéndome a mí mismo. La "verdad", como acuerdo del hombre consigo mismo, significa entonces, la concordancia entre las proposiciones y la perspectiva del hombre mismo.


    Cristian Marazuela Aragoneses 1AH

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